Que la Santísima Virgen María guie nuestros pasos hacia su hijo Jesucristo todos los días, vuelva sus ojos misericordiosos a nosotros, nos cubra con su manto, no tenga en el cruce de sus brazos e interceda por nosotros ante su hijo Jesucristo Nuestro Señor. Amen.

Gracias por todas las bendiciones.