
Por la gracia concedida a mi hermano Eduardo Vera y por la sanación física y espiritual de su familia en Argentina
Virgencita de Guadalupe, te amamos, somos tus devotos, sabemos que siempre, a pesar que no merecemos, nos escuchas y nos concedes nuestras peticiones. Gracias Madre Mía porque sabemos que intercedes ante tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Amén