Amada Virgen de Guadalupe, te pido perdón por todas mis fallas y porque recurro a tí siempre que estoy desesperada. Te suplico que le des tranquilidad a mi pequeña Emilia, ilumina a Alberto para que cambie, que piense bien las cosas, que no manipule a mi chiquita. Ella, ni ningún niño merece eso. Protégela por favor.