Escribe aquí tu Dios de misericordia y de amor, ponemos en tus manos amorosas el alma de María Eugenia Guadalupe Cabrera Ortega, que así como le demostraste en vida tu gran benevolencia y compasión; ahora que ya está libre de toda preocupación, concédele la felicidad y el descanso eterno.

Su vida terrenal ha terminado ya; recíbelo ahora en el cielo, en donde ya no habrá dolores, ni lágrimas, ni penas, sino únicamente la paz y la alegría, en compañía de Jesús tu hijo, el Espíritu Santo y las demás almas que reposan en indestructible de tu gloria. Te lo pedimos, por Jesucristo nuestro señor, Amén.