
Sacrament of Reconciliation
Virgen Santísima: desconozco cómo pero necesito liberarme del vicio de la masturbación y de la pornografia. Que se supone que debo de hacer? Es un vicio que me es muy difícil de modificar. A veces pienso que es el mal menor. Puesto que no he tenido relaciones sexuales con nadie en más de ocho años. Muchas veces tengo la tentación muy grande de tener relaciones sexuales en la vida real; pero después de la masturbación me arrepiento y ya que se me ha pasado la calentura, considero que de los males, el menor. Pues con la masturbación me libero de la “necesidad” o de la “tentación” de tener relaciones sexuales en la vida real. Consideró humanamente imposible no caer en la tentación de la pornografia y de la masturbación; y no porque no quiera; sino porque no haya como. Además, mi objetivo es que me ayudes; y lo que quiero es que siendo realistas es imposible superar este problema y vicio tan arraigado; sin embargo, lo que sí quiero es NO caer en la tentación tan rápido. Quiero o quisiera poder alcanzar el mayor tiempo posible en estado de gracia. Por favor te lo suplico; obra en mi a pesar de lo miserable que soy. Debe de existir algún camino; una tabla de salvación para que al menos NO caiga tan seguido en la tentación. Imploro un verdadero y sincero corazón contrito.
Consagración al Sagrado Corazón de Jesús.
– Corazón de Jesús, haz que te ame y te haga amar.
– Yo ofrezco y consagro al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, mi persona, mi vida, mis acciones, penas y sufrimientos; y NO quiero servirme de ninguna parte de mi ser, más que para amarle, servirle, honrarle y glorificarle. Ésta es mi voluntad irrevocable, pertenecerle en absoluto y hacerlo todo por su amor, renunciando de todo corazón a todo cuanto pueda desagradarle.
– Os elijo, ¡Oh Sagrado Corazón de Jesús!, por el único objeto de mi amor, el protector de mi vida, el ancora de mi salvación, el remedio de mi fragilidad e inconsistencia; para que seáis el reparador de todos mis defectos y mi seguro asilo a la hora de mi muerte. Sed, pues, ¡Oh bondadosisimo Corazón!, mi justificación con Dios vuestro Padre, y apartad de mi el rigor de su justa indignación.
– ¡Oh Corazón amoroso!, en vos únicamente espero y confío, porque todo lo temo de mi debilidad y malicia, más todo lo espero de vuestra misericordia. Alejad, pues de mi cuanto se os resista y os desagrade; y haced que vuestro purisimo amor se imprima tan profundamente en mi corazón, que jamás pueda olvidaros, ni separarme de vos.
– Os suplico, por vuestra misma bondad, escribais mi nombre en vos mismo, puesto que toda mi dicha y mi gloria, quiero cifrada, en vivir y morir, como esclavo, discípulo e hijo vuestro.
Amén.
– Jesús manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo.
II. Acto de confianza en el Corazón de Jesús.
– ¡Oh Corazón de Jesús, Dios y Hombre verdadero, refugio de los pecadores y esperanza de los que en ti confían!
– Tú nos dices amablemente: Vengan a Mi,
– Y nos repites las palabras que dijiste al paralitico; Confía, hijo mío, tus pecados te son perdonados.
– Y a la mujer enferma; Confía hija, tu fe te ha salvado.
– Y a los apóstoles: Confíen, yo soy, no teman.
– Animado con estas palabras, acudo a ti, con el corazón lleno de confianza, para decirte sinceramente y desde lo más íntimo de mi alma:
– «Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío».
1. En mis alegrías y tristezas.
R: Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.
2. En mis negocios, en mis finanzas y en mis empresas.
3. En mis prosperidades y adversidades.
4. En las necesidades de mi familia.
5. En las tentaciones del demonio.
6. En las instigaciones de mis propias pasiones.
7. En las persecuciones de mis enemigos.
8. En las murmuraciones y calumnias.
9. En mis enfermedades y dolores.
10. En mis defectos y pecados.
11. Siempre y en toda ocasión.
12. En vida y muerte.
13. En tiempo y eternidad.
III. Letanías al Sagrado Corazón de Jesús
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, oyenos
Cristo, escuchanos
Padre Eterno, Dios de cielos y tierra
– Ten piedad de nosotros
Dios Hijo Redentor del mundo
Dios Espíritu Santo
Santísima Trinidad, que eres un sólo Dios.
1.Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
– Ten misericordia de nosotros
2. Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre.
3. Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios.
4. Corazón de Jesús, de majestad infinita.
5. Corazón de Jesús, templo Santo de Dios.
6. Corazón de Jesús, tabernaculo del Altísimo.
7. Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del Cielo.
8. Corazón de Jesús, lleno de bondad y de Amor.
9. Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad.
10. Corazón de Jesús, asilo de justicia y de Amor.
11. Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes.
12. Corazón de Jesús, dignisimo de toda alabanza.
13. Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones.
14. Corazón de Jesús, dignisimo de toda alabanza.
15. Corazón de Jesús, Rey y Señor de México.
16. Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
17. Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud de la Divinidad.
18. Corazón de Jesús, en quien él Padre halló sus complacencias.
19. Corazón de Jesús, de cuya plenitud, todo hemos recibido.
20. Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados.
21. Corazón de Jesús, paciente de mucha misericordia.
22. Corazón de Jesús, rico para con todos los que te invocan.
23. Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad.
24. Corazón de Jesús, propiciacion por nuestros pecados.
25. Corazón de Jesús, saciado de oprobios.
26. Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos.
27. Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte.
28. Corazón de Jesús, perforado por una lanza.
29. Corazón de Jesús, fuente de toda consolación.
30. Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra.
31. Corazón de Jesús, víctima de los pecadores.
32. Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan.
33. Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren.
34. Corazón de Jesús, delicia de todos los Santos.
– Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.
R: Perdonanos Señor.
– Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.
R: Escuchanos Señor.
– Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.
R: Ten piedad y Misericordia de nosotros.
IV. Promesas del Sagrado Corazón de Jesús a sus verdaderos devotos.
1. A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado.
2. Daré paz a sus familias.
3. Las consolare en todas sus aflicciones.
4. Seré su amparo y refugio durante la vida, principalmente, en la hora de la muerte.
5. Derramare bendiciones abundantes sobre sus empresas.
6. Los pecadores hallaran en mi Corazón, la fuente y el Océano infinito de la misericordia.
7. Las almas tibias se harán fervorosas.
8. Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.
9. Bendecire las casas en las que la imagen de mi Sagrado Corazón se exponga y sea honrada.
10. Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.
11. Las personas que propaguen ésta devoción, tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de Él.
12. A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón, les concederá la gracia de la perseverancia final.
Imploro también vida de oración. Corrígeme gradualmente para que pueda yo asimilarlo.
ORACIÓN PARA LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Dios omnipotente, Padre de bondad y de misericordia, apiadaos de las benditas almas del Purgatorio y ayudad a mis queridos padres y antepasados.
A cada invocación se contesta: ¡Jesús mío, misericordia!
Ayudad a mis hermanos y parientes. Ayudad a todos mis bienhechores espirituales y temporales. Ayudad a los que han sido mis amigos y súbditos. Ayudad a cuantos debo amor y oración. Ayudad a cuantos he perjudicado y dañado. Ayudad a los que han faltado contra mí. Ayudad a aquellos a quienes profesáis predilección. Ayudad a los que están más próximos a la unión con Vos. Ayudad a los que os desean más ardientemente. Ayudad a los que sufren más. Ayudad a los que están más lejos de su liberación. Ayudad a los que menos auxilio reciben. Ayudad a los que más méritos tienen por la Iglesia. Ayudad a los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres. Ayudad a los poderosos, que ahora son como viles siervos. Ayudad a los ciegos que ahora reconocen su ceguera. Ayudad a los vanidosos que malgastaron su tiempo. Ayudad a los pobres que no buscaron las riquezas divinas. Ayudad a los tibios que muy poca oración han hecho. Ayudad a los perezosos que han descuidado tantas obras buenas. Ayudad a los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos. Ayudad a los reincidentes que sólo por un milagro de la gracia se han salvado. Ayudad a los padres que no vigilaron bien a sus hijos. Ayudad a los superiores poco atentos a la salvación de sus súbditos. Ayudad a los pobres hombres, que casi sólo se preocuparon del dinero y del placer. Ayudad a los de espíritu mundano que no aprovecharon sus riquezas o talentos para el cielo. Ayudad a los necios, que vieron morir a tantos no acordándose de su propia muerte. Ayudad a los que no dispusieron a tiempo de su casa, estando completamente desprevenidos para el viaje más importante. Ayudad a los que juzgaréis tanto más severamente, cuánto más les fue confiado. Ayudad a los pontífices, reyes y príncipes. Ayudad a los obispos y sus consejeros.
Ayudad a mis maestros y pastores de almas. Ayudad a los finados sacerdotes de esta diócesis. Ayudad a los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica. Ayudad a los defensores de la santa fe. Ayudad a los caídos en los campos de batalla. Ayudad a los sepultados en los mares. Ayudad a los muertos repentinamente. Ayudad a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.
V. Dadles, Señor, a todas las almas el descanso eterno. R. Y haced lucir sobre ellas vuestra eterna luz. V. Que en paz descansen. R. Amén.
Oración al Justo Juez
Divino y Justo Juez de vivos y muertos, eterno sol de justicia, encarnado en el casto vientre de la Virgen María por la salud del linaje humano. Justo Juez, creador del cielo y de la tierra y muerto en la cruz por mi amor. Tú, que fuiste envuelto en un sudario y puesto en un sepulcro del que al tercer día resucitaste vencedor de la muerte y del infierno. Justo y Divino Juez, oye mis súplicas, atiende a mis ruegos, escucha mis peticiones y dales favorable despacho. Tu voz imperiosa serenaba las tempestades, sanaba a los enfermos y resucitaba a los muertos como Lázaro y al hijo de la viuda de Naim. El imperio de tu voz ponía en fuga a los demonios, haciéndoles salir de los cuerpos de los poseídos, y dio vista a los ciegos, habla a los mudos, oído a los sordos y perdón a los pecadores, como a la Magdalena y al paralítico de la piscina. Tú te hiciste invisible a tus enemigos, a tu voz retrocedieron cayendo por tierra en el huerto los que fueron a aprisionarte y cuando expirabas en la Cruz, a tu poderoso acento se estremecieron los orbes. Tú abriste las cárceles a Pedro y le sacaste de ellas sin ser visto por la guardia de Herodes. Tú salvaste a Dimas y perdonaste a la adúltera. Suplícote, Justo Juez, me libres de todos mis enemigos, visibles e invisibles: la Sábana Santa en que fuiste envuelto me cubra, tu sagrada sombra me esconda, el velo que cubrió tus ojos ciegue a los que me persiguen y a los que me deseen mal, ojos tengan y no me alcancen, manos tengan y no me tienten, oídos tengan y no me oigan, lengua tengan y no me acusen y sus labios enmudezcan en los tribunales cuando intenten perjudicarme. ¡Oh, Jesucristo Justo y Divino Juez!, favoréceme en toda clase de angustias y aflicciones, lances y compromisos y haz que al invocarte y aclamar al imperio de tu poderosa y santa voz llamándote en mi auxilio, las prisiones se abran, las cadenas y los lazos se rompan, los grillos y las rejas se quiebren, los cuchillos se doblen y toda arma que sea en mi contra se embote e inutilice. Ni los caballos me alcancen, ni los espías me miren, ni me encuentren. Tu sangre me bañe, tu manto me cubra, tu mano me bendiga, tu poder me oculte, tu cruz me defienda y sea mi escudo en la vida y a la hora de mi muerte. ¡Oh, Justo Juez, Hijo del Eterno Padre, que con Él y con el Espíritu Santo eres un solo Dios verdadero! ¡Oh Verbo Divino hecho hombre! Yo te suplico me cubras con el manto de la Santísima Trinidad para que libre de todos los peligros, yo glorifique tu Santo Nombre. Amén. Divino y Justo Juez, acompáñame en mi viaje, líbrame de todo peligro o accidente, defiéndeme de mis enemigos y socórreme en mis necesidades.Amén.