¡Oh, Inmaculada, Excelsa, Gran Madre de Dios, María Santísima! ¡Santa María de Guadalupe, la Siempre Virgen María, humildemente me dirijo a Ti para recordarte de mi existir, aparta por favor de tu vista mis pecados, no estés más enojada conmigo y conmuévete, humildemente te suplico de mis necesidades familiares. Todo se ha complicado Madre Mía, Tú lo sabes, y sólo Tú puedes vencerlo Madre Mía, ayúdame en los estudios de mis hijas, que continúen sin interrupción por favor, ayúdame a liquidar mis deudas que me sobrepasan. Ilumíname, Guíame para que sea grato a tus Divinos Ojos y seamos gratos ante Dios nuestro Padre Celestial. Bendita seas, Madre Mía, Alabada seas, no me abandones, no permitas que el enemigo triunfe en este momento de gran tribulación por la que atravezamos. Gracias. Gloria a Dios.