Señor Dios todopoderoso que nunca me has desprotegido, ten piedad del dolor, trauma y estrés de tu criatura que muy bien conoces. Él es todo para mí y ya no puedo seguir viéndolo sufrir. Compadécete de su dolor y, si es para Gloria tuya, ayúdalo a que regrese a su estado de bienestar; y a mí, ayúdame a tener sabiduría para discernir las mejores decisiones para él. Hazme fuerte para lo que venga y por intercesión de su Santa Madre, la Virgen del  Perpetuo Socorro, socorre a Merlincito. Pon tu Venerable Mano en su cuerpo y sé que él sanará. No lo desampares. Amén .