Ofrezco esta santa misa por el alma del niño no nacido, para que Dios en su infinita misericordia lo reciba en su Reino de paz y de amor. Pido también por mi propia sanación interior y por todas las personas que estuvimos implicadas, para que el Señor nos conceda perdón, fortaleza y reconciliación con Su voluntad. Que esta intención sea un acto de amor y de entrega, confiando plenamente en la gracia y en la bondad de Dios.