¡Oh Madre mía de Guadalupe! 

 

Oh Señora mía Santísima, por todos muy venerada, 
hija de Dios Padre, Virgen Purísima,
gloriosa, dulce, amable y bendita,
no nos dejes sin tu ayuda, oh Madre querida, 
líbranos de todos los peligros, de todo mal, 
auxílianos cuando tengamos necesidades, 
resuelve favorablemente nuestros difíciles problemas
pues sabemos que para ti no hay imposibles.